Lo primero es lo primero, y en el caso del nuevo Shelby, sin duda, su atributo más destacado es el motor. V8 5.4L y 540 HP Ford mantiene el mismo bloque de aluminio, cilindrada y configuración que el Shelby precedente, aunque lo adereza con pequeños cambios en forma de nueva toma de aire y modificaciones en el sistema de escape para incrementar la potencia y el torque. Así, el V8 de 5.4 litros pasa de los 500 HP a 6,000 rpm a 540 HP obtenidos a 6,200 rpm y de 480 lb-pie a 4,500 rpm a 510 lb-pie, logradas al mismo régimen de revoluciones. El Shelby GT500 es, a partes iguales, el más potente y el más pesado Mustang de producción jamás producido. Sus casi 4,000 libras así lo atestiguan. Con el objetivo de reducir consumos, Ford ha trabajado también en las relaciones del cambio.
Las dos marchas superiores de la misma caja Tremec de seis velocidades tienen ahora un ratio más bajo que en la generación precedente. Las suspensiones también reciben su buena cuota de cambios. El tarado de los muelles delanteros es un 17 por ciento más rígido y el de los traseros, un 7 por ciento. Los discos de freno Brembo con pinzas monobloque de aluminio de cuatro pistones se mantienen, mientras que el control de estabilidad es el mismo que utilizan todas las versiones del Mustang 2010. Ford no ha revelado datos sobre prestaciones, pero a buen seguro que serán superiores a las obtenidas por el Shelby GT500 KR.
